RECUERDA DE DONDE HAS CAIDO Y ARREPIENTETE
Introducción:
Hablando a la iglesia de Cristo en Éfeso, nuestro Señor Jesucristo le dijo: “Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido.” (Apocalipsis 2:5)
Solemne advertencia de nuestro Señor para su iglesia. Habían comenzado bien, tenían muchas cosas buenas, pero se habían descuidado, habían dejado su primer amor y ahora necesitaban evaluar por qué pasó, arrepentirse y volver a hacer las primeras obras que los habían ayudado a vivir una bella comunión con Dios.
Tomemos un momento para hacer memoria de algunas cosas que pudieron habernos llevado a donde estamos. Tomemos otro momento para arrepentirnos, y luego tomemos el resto de nuestras vidas para hacer las primera obras; esas obras de fe y amor que el Señor preparó de antemano para que anduviésemos en ellas (Efesios 2:10).
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RECUERDA LO QUE DIOS ESPERABA DE TI
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El esperaba que imitaras a Cristo (Mateo 11:28-30)
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Él esperaba que fueras luz del mundo y sal de la tierra (Mateo 5:13-16)
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Él esperaba que pusieras todos tus talentos para su Servicio y su Gloria (Mateo 25:1-30).
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Él esperaba que crecieras en la gracia y en el conocimiento de Él (2Pedro 3:18)
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RECUERDA COMO OTROS CAYERON
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Sansón cayó porque se creyó que era fuerte y jugó con el pecado (Jueces 16:4, 16-20). Se enamoró de una mujer extrajera y se unió a ella en yugo desigual. Esa mujer lo llevó a violar su pacto con Dios, le convirtió su vida en una pesada carga y lo hizo caer en la ruina física y espiritual.
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David cayó por estar en el lugar equivocado, en el momento equivocado, haciendo lo que no tenía que hacer (2Samuel 11:1-4). Mientras el pueblo estaba en guerra, David estaba ocioso en su casa. Hoy estamos también en guerra, pero espiritual. Hay mucha gente a la cual predicarle o visitarle, como para quedarnos en nuestras casas expuestos a la tentación. David pecó, y ese pecado le llevó a otros pecados y su vida desde ese día se convirtió en una continua tribulación y angustia.
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El hijo prodigo también cayó, y fue por su orgullo, por no entender que no hay mejor lugar bajo el cielo que la casa de tu padre. (Lucas 15:11-24). Él pensó que la verdadera vida y el verdadero gozo estaban afuera. Le fue bien por un poco de tiempo, hasta que el dinero de terminó. Los amigos se fueron y una gran crisis vino, tan grande que estaba solo, hambriento, sucio, mal oliente y completamente humillado.
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RECUERDA POR QUE Y COMO CAISTE TÚ
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Nadie se va de Cristo de la noche a la mañana. Es un proceso de descuido que empieza con no leer y meditar a diario la Biblia, sigue con dejar de orar y velar, continúa con dejar de congregarnos, llevar tarde, sentarnos aislados, no traer o usar la Biblia y los himnarios, irnos pronto, etc y abarca en no visitar a los hermanos y predicar a los inconversos.
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Algunos caen porque fallan en descubrir el propósito para el cual fueron llamados. Hemos sido creados para la gloria de Dios (Efesios 1.11,12). Dios nos da dones que debemos desarrollar (1Corintios 12:11). Un cristiano que sabe cuál es su don y se dedica a desarrollarlo para la gloria de Dios, es una persona usada por Dios y se siente útil en su reino (1Pedro 4:10,11; 2Timoteo 2:21). Así encontramos el propósito de nuestras vidas y nada ni nadie nos puede apartar del amor de Cristo, porque hemos encontrado nuestro lugar en la tierra y en el cielo.
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Muchos caen por el engaño de la riquezas y la codicia de cosas materiales, que dice el Señor que ahogan la semilla y la hacen infructuosa (Marcos 4:18,19; 1Timoteo 6:10)
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Algunos caen porque tienen un concepto erróneo del cristianismo y de la iglesia. Hay quienes se van de Cristo porque pensaron que todo seria color de rosa, que al convertirse todos su problemas quedaría resueltos. Pero la Biblia enseña que es a través de muchas tribulaciones que entramos en el reino de Dios (Hechos 14:22). Otros se desilusionan porque creen que la iglesia es el cielo. La iglesia es más bien un hospital de rehabilitación, donde nos vamos perfeccionado hasta ser como Cristo. Por eso hay que: “amonestéis a los ociosos, que alentéis a los de poco ánimo, que sostengáis a los débiles, que seáis pacientes para con todos.” (1Tesalonicenses 5:14). Hay también quienes no entienden que la iglesia no es un hotel o un restaurante, donde todos te sirven y están pendientes de ti. La iglesia es un reino de servicio y sacrificio, donde nosotros debemos estar pendientes de los demás sin esperar nada a cambio (Mateo 20:28).
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RECUERDA QUE TODO PECADO TRAE CONSECUENCIAS
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Tal vez no sientas las consecuencias de inmediato, pero la Biblia enseña y la experiencia confirma que nuestros pecados nos alcanzaran (Números 32:23). El Señor nuestro Dios no tendrá de ninguna manera por inocente al culpable (Números 14:18)
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A Sansón le sacaron los ojos, lo esclavizaron, lo usaron de payaso de circo, lo pusieron a moler en una piedra de molino con los bueyes y murió aplastado bajo un edificio.
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David vivió años de angustia y la espada nunca se apartó de su casa. Asesinatos, violaciones, golpes de estado, traición, por solo mencionar algunas cosas.
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Jacob se hizo su vida infeliz (Génesis 47:9). Pedro lloró amargamente (Lucas 22:62). Jonás cayó en el vientre de un gran pez y pasó una gran angustia (Jonás 1: 17-2:1). La mujer de Lot se volvió estatua de Sal (Lucas 17:32). Judas se ahorcó (Mateo 27:3-5). “Te castigará tu propia maldad, y tus apostasías te condenarán. Reconoce, pues, y ve que es malo y amargo el dejar al SEÑOR tu Dios, y no tener temor de mí--declara el Señor, DIOS de los ejércitos.” (Jeremías 2:19).
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ARREPIENTETE Y HAS LAS PRIMERAS OBRAS
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Romanos 2:4-6 dice: “¿O menosprecias las riquezas de su benignidad, paciencia y longanimidad, ignorando que su benignidad te guía al arrepentimiento?. Pero por tu dureza y por tu corazón no arrepentido, atesoras para ti mismo ira para el día de la ira y de la revelación del justo juicio de Dios, el cual pagará a cada uno conforme a sus obras”
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Ezequiel 33:14-16 dice: “Cuando yo dijere al impío: De cierto morirás!, pero él se convierte de su pecado y comienza a hace el bien. si el impío restituyere la prenda, devolviere lo que hubiere robado, y caminare en los estatutos de la vida, no haciendo iniquidad, vivirá ciertamente y no morirá. No se le recordará ninguno de sus pecados que había cometido; hizo según el derecho y la justicia; vivirá ciertamente.”
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Arrepiéntete hoy. Dios ha establecido un día en el cual juzgará al mundo con justicia (Hechos 17:30,31). En ese día habrá ira y enojo, tribulación y angustia para los que hacen lo malo y son desobedientes a la voz de Dios. ¡Dios no quiere, tu no quieres y nosotros tampoco queremos que esto te pase!.
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El Señor quiere darles vida eterna a los que perseverando en bien hacer, buscan gloria y honra e inmortalidad. (Romanos 2:7). Esto es lo que Dios desea para tì, porque te ama. Quiere verte viviendo a su lado para siempre en la nueva Jerusalén. Porque el Señor desea que todos los hombres sean salvos y vengan al conocimiento de la verdad (1Timoteo 2:4).
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Si oyes hoy su voz, no escurezcas tu corazón (Hebreos 3:15). Toma tu decisión de volver a la casa de tu padre y ocuparte en hacer las primeras obras que él preparó para ti. Acompáñanos a predicar por las calles y en las casas. Acompáñanos a alabar a Dios en su casa de oración. Acompáñanos a vivir y vencer brazo a brazo cada prueba y cada tentación. Acompáñanos a vivir para la gloria de Dios y llegar juntos al cielo.
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Tu Padre celestial te llama. Millares de Ángeles te esperan. “Y el Espíritu y la Esposa dicen: Ven. Y el que oye, diga: Ven. Y el que tiene sed, venga; y el que quiera, tome del agua de la vida gratuitamente.” Apocalipsis 22:17